viernes, 1 de marzo de 2013

No soy como las otras madres

SHARON OLDS
(San Francisco, EE.UU., 1942)


Barómetro

Por ser la hermana menor de una mujer
que abandonó a su hija —dejándola a mitad de camino,
como se tira un marido— no soy como las otras madres.
Por las noches, voy al cuarto de mi hija,
y escucho el sonido en la cisterna
de su respiración; voy al cuarto de mi hijo, el grillo
todavía vivo en su garganta, en su pecho;
Quisiera poder inclinarme sobre mi propia cama
y escuchar mi respiración, para saber el clima
que viene.
***
El niño injustamente castigado

El niño grita en su cuarto. La rabia
le sube a la cabeza.
Pasando por estadios como el metal
a altas temperaturas.

Cuando se calme y salga por esa puerta
no será más el mismo que corrió
dando el portazo. Una aleación le añadieron. Ahora
se va quebrar en otra parte cuando lo golpeen.

Es más fuerte. La infinita impurificación
ha comenzado esta mañana.

De Satanás dice (Satan Says, 1980). Fondo Editorial Pequeña Venecia
Traducción: Juan Carlos Galeano.




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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char