miércoles, 3 de octubre de 2012

Era hermoso, áspero, intratable


Otro poema de MANUEL BANDEIRA 
(Manuel Carneiro de Souza Bandeira Filho) 
(Recife, 1886-Río de Janeiro, Brasil, 1968)

EL CACTUS

Aquel cactus recordaba los gestos desesperados de las estatuas:
Laocoonte atacado por las serpientes,
Ugolino y los hijos hambrientos.
Evocaba también el nordeste seco, cañaverales, caatingas...
Era enorme, incluso para esta tierra de fertilidad excepcional.
Un día un tifón furibundo lo arrancó de raíz.
El cactus cayó atravesado en la calle,
rompió los aleros de las casas vecinas,
bloqueó el tránsito de tranvías, automóviles, carretas.
Cortó los cables eléctricos y durante veinticuatro horas dejó a la ciudad sin iluminación ni energía.
-Era hermoso, áspero, intratable.-
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Traducción de Aníbal Cristobo

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char