martes, 2 de octubre de 2012

Traducciones argentinas


Cesare Pavese
(Santo Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950)
Versión de Jorge Aulicino

Poggio Reale

Una breve ventana en el cielo tranquilo
calma el corazón; alguno ha muerto contento.
Afuera están las plantas y las nubes, la tierra
y también el cielo. Llega aquí arriba el murmullo:
los sonidos de toda la vida.

La ventana vacía
no revela que, bajo las plantas, hay colinas
y que un río serpentea, lejos, desnudo.
El agua es límpida como el soplo del viento,
pero nadie se da cuenta.

Aparece una nube
sólida y blanca, que se demora en el cuadrado del cielo.
Vislumbra casas azoradas y colinas, cada cosa
que el aire transparenta, ve pájaros perdidos
deslizarse en al aire. Viandantes tranquilos
van a lo largo de río y nadie se percata
de la pequeña nube.

Ahora está vacío el azul
en la breve ventana: se desploma el chillido
de un pájaro, que rompe el rumor. Aquella nube
quizá toca las plantas o desciende hacia el río.
El hombre tendido en el prado debería sentirla
en la respiración de la hierba. Pero no mueve la vista,
solo la hierba se mueve. Debe de estar muerto.

Lavorare stanca (1936, 1943), Poesie, Mondadori, Verona, 1969
**
Poggio Reale

Una breve finesta nel cielo tranquillo
calma il cuore; qualcuno c'è morto contento.
Fuori, sono le piante e le nubi, la terra
e anche il cielo. Ne giunge quassù il mormorio:
i clamori de tutta la vita.

La vuota finestra
non rivela che, sotto le piante, ci sono colline
e che un fiume serpeggia lontano, scoperto.
L'acqua è limpida come il respiro del vento,
ma nessuno ci bada.

Compare una nube
soda e bianca, che indugia, nel quadrato del cielo.
Scorge case stupite e colline, ogni cosa
che traspare nell'aria, vede uchelli smarritti
scivolare nell'aria. Viandanti tranquilli
vanno lungo quel fiume e nessuno s'accorge
della picola nube.

Ora è vuoto l'azzurro
nella breve finestra: vi piomba lo strido
de un ucello, che spezza il brusio. Quella nube
forse tocca le piante o discende nel fiume.
L'uomo steso nel prato dovrebbe sentirla
nel respiro dell'erba. Ma non muove lo sguardo,
l'erba sola si muove. Dev'essere morto.
***
Denise Levertov
(Ilford, Reino Unido, 1923-Seattle, EE.UU., 1997)
Traducción de Mirta Rosenberg

La escalera de Jacob

La escalera no es
una cosa hecha de hebras relucientes
una evanescencia radiante
para los pies de los ángeles que sólo la atisban a su paso, y
no necesitan tocar la piedra.

Es de piedra.
Una piedra rosada que adquiere
un matiz de encendida suavidad
sólo porque detrás de ella el cielo es un dudoso,
un dudable gris noche.

Una escalera de ángulos
marcados, sólidamente construida.
Una que garantiza que los ángeles tengan que saltar
de un escalón al siguiente, con una leve
agitación de alas:

y un hombre que la suba
tiene que rasparse las rodillas, y poner en juego
la capacidad de agarre de sus manos. La piedra tallada
es un consuelo para sus pies que tantean. Lo rozan alas que pasan a su lado.
El poema asciende.

Diario de Poesía N° 82, junio-diciembre 2011

N. del E.: La traductora consigna una nota de Levertov (Notebook, 1997), que permite suponer que una pintura de la iglesia de Santo Domingo en Oaxaca es la que se describe en el poema. El patriarca Jacob soñó con una escalera por la que subían y bajaban los ángeles, luego de una pelea con su hermano Esaú. Despertó del sueño y con la piedra que le servía de almohada fundó el templo de Betel (Génesis, 28:10-22). La Escalera fue imaginada por algunos artistas de manera diversa: luminosa, en el caso de Blake; de madera, en el de Edward Burne-Jones.
**
The Jacob's Ladder

The stairway is not
a thing of gleaming strands
a radiant evanescence
for angels' feet that only glance in their tread, and
need not touch the stone.

It is of stone.
A rosy stone that takes
a glowing tone of softness
only because behind it the sky is a doubtful,
a doubting night gray.

A stairway of sharp
angles, solidly built.
One sees that the angels must spring
down from one step to the next, giving a little
lift of the wings:

and a man climbing
must scrape his knees, and bring
the grip of his hands into play. The cut stone
consoles his groping feet. Wings brush past him.
The poem ascends.
***
François Villon
(François de Montcorbier; París, Francia, 1431 o 1432-?, 1464)
Traducción de Rubén Abel Reches

Epístola a sus amigos

Tened piedad de mí, tened piedad
por lo menos vosotros, mis amigos.
No en fiesta estoy, sino en cautividad,
en esta fosa donde sin testigos
me atormenta Fortuna con grilletes.
Acróbatas, juglares, brincadores,
muchachos y muchachas, mozalbetes
punzantes como abeja entre las flores,
gargueros que hermoseáis toda canción:
¿olvidaréis aquí al pobre Villon?
Cantores que cantáis sin regla alguna,
en cuanto hacéis y en cuanto habláis jocosos,
vagantes que dormís bajo la luna,
si algo aturdidos, siempre espirituosos.
No tardéis más que cerca está su muerte
¡oh, rimadores de rondeles ciento!
¿Puchero le daréis a un cuerpo inerte?
Aquí no entran relámpagos ni viento
y en esta fosa late un corazón.
¿Olvidaréis aquí al pobre Villon?
Venid a ver su lamentable traza,
Nobles a los que el diezmo es exceptuado,
a quienes rey ni emperador emplaza
y sólo dependéis del Dios amado.
Domingo y martes a ayunar lo obligan
y como de un rastrillo son sus dientes.
Después de un duro pan que le desmigan,
vierte en sus tripas aguas malolientes,
siempre soñando con algún capón
¿Olvidaréis aquí el pobre Villon?
Príncipes que he nombrado, muchachitos,
obtened de mí gracias reales
y en cesta alzadme dando alegres gritos,
que los cerdos -y son sólo animales-
adonde gruñe uno va el montón,
¿olvidaréis aquí al pobre Villon?
**
Ayez pitié, ayez pitié de moi,
A tout le moins, s'il vous plaît, mes amis!
En fosse gis, non pas sous houx ne mai,
En cet exil ouquel je suis transmis
Par Fortune, comme Dieu l'a permis.
Filles aimant jeunes gens et nouveaux,
Danseurs, sauteurs, faisant les pieds de veaux,
Vifs comme dards, aigus comme aiguillon,
Gousiers tintant clair comme cascaveaux,
Le laisserez là, le pauvre Villon?

Chantres chantant à plaisance, sans loi,
Galants riant, plaisants en faits et dits,
Coureux allant francs de faux or, d'aloi,
Gens d'esperit, un petit étourdis,
Trop demourez, car il meurt entandis.
Faiseurs de lais, de motets et rondeaux,
Quand mort sera, vous lui ferez chaudeaux!
Où gît, il n'entre éclair ne tourbillon:
De murs épais on lui a fait bandeaux.
Le laisserez là, le pauvre Villon?

Venez le voir en ce piteux arroi,
Nobles hommes, francs de quart et de dix,
Qui ne tenez d'empereur ne de roi,
Mais seulement de Dieu de paradis;
Jeûner lui faut dimanches et merdis,
Dont les dents a plus longues que râteaux;
Après pain sec, non pas après gâteaux,
En ses boyaux verse eau à gros bouillon;
Bas en terre, table n'a ne tréteaux.
Le laisserez là, le pauvre Villon?

Princes nommés, anciens, jouvenceaux,
lmpétrez-moi grâces et royaux sceaux,
Et me montez en quelque corbillon.
Ainsi le font, l'un à l'autre, pourceaux,
Car, où l'un brait, ils fuient à monceaux.
Le laisserez là, le pauvre Villon?

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char