martes, 24 de abril de 2018

Que no haya ideas salvo en las cosas

Laura Wittner

(Buenos Aires, Argentina, 1967) 


Epigrama

Dijiste algo y entendí mal.
Los dos reímos:
yo de lo que entendí,
vos de que yo festejara
semejante cosa que habías dicho.
Como en la infancia,
fuimos felices por error.
**

El límite entre el agua y el aire 
coincide con la línea de pensamiento
que lo que hace es fundir y refundir
en cualquier orden
un par de escenas o secuencias, fotografías
tomadas con una cámara automática,
siempre más o menos el mismo material
**

La tensión mínima necesaria
para la música de las esferas,
los cúmulos, los cirros, la danza
de las constelaciones, la droga ligera,
el primer amor, el chico arrodillado
junto a la butaca, siseándote al oído.
Se puede hacer
una de estas listas
durante la noche, mientras
hora tras hora se agitan en el patio
hojas de las plantas silvestres, del laurel
y las agujas del pino brasilero, en la calle vibra el polen
de los plátanos, el aire va bajando, se apoya,
se prepara para la
primera luz, y con la última palabra de la lista
comienza un día de lluvia, uno duerme,
o hace listas. 
**
Williams y yo

Que no haya ideas salvo en las cosas;
pero llené las cosas de ideas
hasta dejarlas tan tirantes
que se vuelven polvo
si las rozo con un dedo.

Lugares donde una no está (Poemas 1996-2016), Gog y Magog, 2017.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char