martes, 18 de abril de 2017

No se rompe, no se cae

Valeria Pariso

(Muñiz, Buenos Aires, Argentina, 1970)


6

¿De qué ternura guarda tu memoria
la fiesta del silencio?
Todo tu cuerpo contra el muro y nada:
no se rompe, no se cae.

Otra vez, por vigésima vez:
todo tu cuerpo contra el muro y nada:
no hay derrumbe.

Se acaba el mundo, el muro sigue ahí,
tu cuerpo sigue ahí, y en tu silencio
seguís abrazado a algo pequeñito,
que sonríe.
**
24

He arrojado todo al precipicio.
Ningún orden es posible ahora, dije.
¿Cuánto pasó desde entonces?
No lo sé.
No tengo seguridad del tiempo
desde que cayeron los números.
Parecían piedras tiradas al vacío.
Lo hice más de una vez:
me paré sobre el filo,
miré el fondo,
y tiré todo con los ojos cerrados.
Me impresiona lo que pasa con la ausencia:
cae inmensa como un cóndor,
no hace ruido,
se mezcla con el viento,
y una vez que toca el suelo,
vuelve.

Triza, De todos los mares, Capilla del Monte, 2017.
Cortesìa de Valeria Cervero.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char