jueves, 25 de julio de 2013

Sin embargo, ahí huele a sangre, el lobo está seguro de ello

HENNING MANKELL
Tomada de www.tumblr.com

(Estocolmo, Suecia, 1948)

Fragmentos

De La falsa pista

Empezó su transformación temprano, al amanecer. Lo había planeado todo al detalle para que nada fracasase. Tardaría el día entero y no quería arriesgarse a tener problemas a causa del tiempo. Asió el primer pincel y lo alzó ante sí. Escuchaba los tambores que sonaban en la cinta, grabada por él, del radiocasete que estaba en el suelo. Contempló su cara en el espejo. Luego trazó las primeras líneas negras en la frente. Notó que tenía la mano firme, que no estaba nervioso, pese a que era la primera vez que se pintaba su camuflaje de guerrero. Lo que hasta ese momento había sido una huida, su manera de defenderse contra todas las injusticias a las que siempre había estado expuesto, se convertía ahora en realidad. Con cada línea que se pintaba en la cara parecía dejar atrás su vida anterior. Ya no había retorno posible. Precisamente esa noche el juego había acabado para siempre y se iría a una guerra en la que las personas debían morir de verdad.
***
De El chino

[Hesjövallen, Suecia, enero de 2006]
1
Skare, frío intenso. Mediados de invierno. 
Uno de los primeros días de enero de 2006, un lobo solitario cruza la frontera sin señalizar y llega a Suecia desde Noruega a través de Vauldalen. El conductor de un ciclomotor cree haberlo avistado a las afueras de Fjällnas, pero el lobo se esfuma por entre los bosques en dirección Este sin que nadie logre ver hacia dónde se dirige. En medio de los valles noruegos de Österdalarna, el animal encontró restos de un cadáver de alce congelado donde aúnquedaban huesos por apurar. Sin embargo, de eso hacía más de dos días. Ahora vuelve a acusar hambre y necesita alimento. Es un macho joven en busca de un territorio propio. Y sigue avanzando incansable hacia el este. Cerca de Nävjarna, al norte de Linsell, el lobo encuentra otro cadáver de alce. Durante un día entero permanece junto a él hasta saciar su hambre antes de proseguir. Siempre hacia el Este. En las inmediaciones de Kårböle atraviesa a la carrera la helada superficie del Ljusnan y sigue el río en su accidentado discurrir hacia el mar. Una noche de luna clara,se mueve sobre sus mudas patas por el puente de Järvsö para adentrarse después en los espesos bosques que se extienden hacia el mar.
La mañana del 13 de enero, muy temprano, el lobo llega a Hesjövallen, un pequeño pueblo al sur de Hansesjön, en la región de Hälsingland. Se detiene y olfatea. Percibe un olor a sangre de origen indeterminado. El lobo otea a su alrededor. En las casas vive gente, pero de las chimeneas no sale humo. Ni siquiera su aguzado oído percibe sonido alguno.
Sin embargo, ahí huele a sangre, el lobo está seguro de ello. Aguarda en el lindero del bosque, olfatea para saber de dónde procede. Después comienza a avanzar despacio por la nieve. El olor llega arrastrándose desde una de las casas que se alza en los confines del pueblecito. Está alerta, en las proximidades del hombre hay que ser tan cauto como paciente. Vuelve a detenerse. El olor procede de la parte posterior de la casa. El lobo aguarda. Finalmente sepone en movimiento otra vez hasta que llega a su objetivo, un nuevo cadáver. Arrastra la pesada presa hasta el extremo del bosque. Nadie lo ha descubierto todavía, ni siquiera se ha oído el ladrido de ningún perro. El silencio llena cada rincón de aquella fría mañana. En el lindero del bosque, empieza a comer. Puesto que la carne aún no está congelada, le resulta fácil. Está muy hambriento. Después de haber arrancado uno de los zapatos de piel, comienza a roer la parte inferior de la pierna, justo por encima del pie. Ha nevado durante la noche, hasta que se produjo una tregua. Mientras el lobo come, empiezan a caer de nuevoleves copos de nieve sobre la tierra helada.
***
De El hombre inquieto

Se interrumpió en este punto, sacó la bolsita de té de la taza y la dejó en un platillo, antes de proseguir: ¿Cuándo se da uno cuenta de que algo no va bien? ¿Cuándo detecta los signos casi invisibles de que algo ha cambiado o se ha alterado?
Supongo que tú, como policía, debes de haberte visto a menudo en situaciones en las que has percibido ese tipo de señales vagas. Una mañana, cuando iba a abrir la caja fuerte, noté algo extraño.
Aún puedo evocar la sensación. Iba a sacar el maletín marrón cuando me detuve. ¿De verdad que lo había dejado así?
Algo en la cerradura y en la dirección de la manivela me hizo dudar, pero no más de cinco segundos. Luego deseché la idea. Solía comprobar que todos los documentos estuviesen en su lugar. Aquella mañana no fue ninguna excepción. Y no volví a pensar en el asunto. Me tengo por buen observador y por hombre de buena memoria, al menos así era entonces. Al envejecer, todas las capacidades se ven mermadas y uno no puede sino asistir indefenso al espectáculo de la degradación.
 Tú eres mucho más joven que yo, pero quizás ya tengas alguna experiencia en este sentido.
Sí, la vista admitió Wallander.
Cada dos años más o menos, tengo que cambiarme las gafas de cerca. Y me temo que el oído tampoco es tan bueno como antes.
Ya, el sentido que mejor se defiende de la edad es el olfato. Es el único de mis sentidos que aún parece intacto. Para mí hoy el aroma de las flores es tan perceptible como lo era antaño.
**
Tusquets editores. Traducción del sueco de Carmen Montes.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char